"Y de alguna manera cuando tú vuelves al lugar donde has nacido,
hay algo, un olor, un sentido, aunque haya sido malo el Holocausto,
que hace que tú sientas que perteneces a ese sitio.
Recordaba cosas buenas y malas, pero me gustaba la ciudad".
S.D.
Susy Dembo,
artista venezolana nacida en Viena, es parte de esa pequeña
constelación de estrellas de las artes plásticas que ha trascendido las
fronteras de Venezuela, recibiendo reconocimientos como el Premio Internacional por la Incisión en Biella, Italia.
Su segunda exposición individual se
realizó en Madrid en 1966 y a partir de ese momento su arte no ha dejado
de recorrer el mundo: exposiciones en París, New York, Washington,
Berlín, Viena, Roma, Tel Aviv, El Cairo, Puerto Rico, Río de Janeiro,
Bogotá, Cali, Polonia, Inglaterra, Yugoslavia, Suiza... y por supuesto
Venezuela.
Representando con orgullo a su país
adoptivo participó en bienales y exposiciones en Suiza, Inglaterra,
Alemania, Francia, Polonia, Colombia, Puerto Rico…. Susy Dembo, artista multifacética, no descansa nunca. En 2004 publicó su libro de memorias “Golem de Praga”,
relato maravilloso de una mujer que conoció la bestialidad humana
siendo una niña y sin embargo nunca perdió su capacidad de amar.
Su corazón, cansado de tanto andar
pero lleno de juventud y de deseos, a veces le pide descanso y ése es el
único motivo por el que casi no realiza exposiciones individuales en
los últimos años. Pero mientras reposa no deja de crear ni de aprender
nuevas técnicas de grabado, pintura y collage. Sus nuevos cuadros, los
que se ven junto con esta entrevista, esperan pronto verse colgados en
una galería. El público de Susy también lo espera. Con ansias.
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Susy Dembo, niña, en el Barco Orbita, 1939 escapando de los nazis |
A los cinco años Susy Dembo
tuvo que dejar su país natal, Austria, debido al auge del nazismo, que
le quitó su patria y su nacionalidad. Llegó entonces a Bolivia, país que
ama porque le devolvió su condición humana. Allí vivió hasta la
adolescencia, cuando se radicó en Venezuela y se integró tan plenamente
que, escuchándola hablar, es imposible pensar que no es caraqueña. Esa
capacidad que tiene para asimilar acentos y culturas se refleja en su
obra y en su vida. En Susy no se ve el drama que le partió la infancia;
ella es alegre, inquieta, curiosa. Su obra tiene también estas
cualidades, unidas a un toque de magia y misterio.
Susy Dembo se inicia en la pintura en
1960. Dos años más tarde incursiona en el esmalte. En 1972 comienza a
realizar grabados y en 1988 incursiona en el vidrio. Su obra, sin
embargo, es una unidad, y quizá el secreto sea que todo lo hace con la
misma pasión y el mismo talento.
En su taller de Prados del Este en
Caracas, tomando té del Tíbet y comiendo exquisitos quesos venezolanos,
charlamos una mañana de sol bajo la mirada atenta de sus últimos
cuadros.
- Susy ¿cómo fueron tus inicios?
- Yo empecé pintando piedras en el mar, como todas las locas, en el club
Puerto Azul. Las piedras eran muy bellas pero a la vez un poco
rupestres, así que busqué un taller de esmaltes y encontré el de
Francisco Porras, allí estudiaba cuando tenía plata y cuando no,
estudiaba en el Taller Libre de Arte. Fui una buena esmaltista y mis
esmaltes gustaron muchísimo. Pero después la inquietud me llevó, en el
año 1971, a estudiar grabado en la Universidad Simón Bolívar y con la Nena Palacios.
También estudié con Luis Chacón y muchos años más tarde con Candido
Millán aprendí la técnica del vidrio. Pero el grabado tomó prácticamente
quince años de mi vida.
- ¿Estudiando o realizándolos?
- Ambas cosas, porque tú no puedes hacer grabados sin estudiar, porque
es una técnica química perfecta. Si tú quieres una limpieza absoluta y
perfección, que me costó mucho adquirirla, tienes que hacerlo como Dios
manda, con una prensa, con una mesa de grabado, con todos los
utensilios, agua para remojar en una bañera, papel secante y todo lo
demás. Eso toma mucho tiempo.
- Quince años dedicada al grabado, en donde obtuviste grandes reconocimientos. ¿Cómo fue tu tránsito hacia la pintura?
- En realidad yo siempre pintaba. Estudié con Francisco y Pilar Aranda,
mis profesores españoles, y entonces lo que yo pintaba era bodegones
porque no tenía el conocimiento para hacer otra cosa. Ellos me dijeron
que los bodegones no eran suficientes, que ellos me veían a mí la figura
humana. Pero yo no quise incursionar en esa área, porque es muy difícil
y yo no quería arriesgarme. Entonces seguí con el esmalte y los
bodegones, paisajes del Ávila. Pero después me dediqué por completo al
grabado y no pinté más ni tampoco seguí haciendo esmalte.
- Te enamoraste del grabado.
- Sí, porque es alquímico, es mágico y es oscuro y tú tienes que
trabajar muy duro para tener una satisfacción y siempre es, para mí, muy
misterioso. Es como trabajar en un taller en el Siglo XVI.
(...)
Caracas, julio 2004
Fragmento. Entrevista completa en:
Julio Cortázar, escritor argentino: "Un día en mi vida es siempre una cosa muy hermosa, porque yo me siento muy feliz de estar vivo".
Esther Dita Kohn de Cohen, fundadora del Espacio Anna Frank, mecenas de la cultura venezolana, creadora del libro Exilio a la Vida, sobrevivientes judíos de la Shoá: (en el Holocausto, la familia) "eran más o menos unas 500 personas; no sabemos con exactitud cuántas fueron asesinadas, eso fue terrible”.
Julio Emilio Moliné, cineasta estadounidense, co-director de “Joan Baez in Latin America: There but for fortune”, (1981) documental filmado clandestinamente durante la gira de Joan Baez para apoyar a las víctimas de las dictaduras de Argentina, Chile y Brasil: “Joan recibió amenazas de muerte, fue prohibida y perseguida…”.
Nava Semel, escritora israleí: And the Rat Laughed con Jane Fonda (entrevistas) y dos textos en español: "Un paseo con Jane Fonda" y un fragmento de And the Rat Laughed.
Rolando Peña, artista multimedia venezolano: "Bautizamos al grupo en una bañera, y el padrino fue Andy Warhol".
Elisa Lerner, escritora y dramaturga venezolana: “La soledad es la patria del escritor”.
Susy Dembo, artista plástica austríaca-venezolana: "El grabado es alquímico, es mágico".
José Pulido, poeta, escritor y periodista venezolano: “Soy como un náufrago abrazado a su lengua”.
Carlos Giménez, director teatral argentino-venezolano, gerente cultural, fundador del Festival Internacional de Teatro de Caracas y del grupo Rajatabla: “Nuestro país es el imperio de los hechos consumados, de la cultura de facto".
Beatriz Iriart, poeta argentina “A los 10 años yo ya era una anciana. Escribir poesía fue una manera de transmutar ese dolor".
Dinapiera Di Donato, poeta: venezolana: "La imaginación hace versiones de la vida pero la vida no la puedo entender sin una versión”.
María Lamadrid, activista argentina, fundadora de "África Vive": “Nosotros somos los primeros desaparecidos de Argentina”.
Mariana Rondón, cineasta: venezolana, directora de la película "Pelo Malo": "En mi infancia creía que el cine era una sola película, El Submarino Amarillo".
Roland Streuli, fotografo suizo-venezolano: “Mi vida es color, yo no soy una persona opaca ni blanco y negro”.
Luisa Richter, artista plástica alemana-venezolana: “La creatividad es enigmàtica. La vida es enigmática”.
Sonia Zilzer, socióloga venezolana, coordinadora del libro Exilio a la Vida, sobrevivientes judíos de la Shoá: “La memoria es el camino a la identidad”
Viviana Marcela Iriart (1958) es una escritora y entrevistadora argentina-venezolana. Estudió un año periodismo en La Plata, Argentina, pero por ser pacifista fue exiliada por la dictadura argentina en 1979. Venezuela le dio asilo y a los 4 meses realiza su primer reportaje profesional a los 21 años... a Julio Cortázar, entrevista incluída en este libro.
Ha publicado novelas, obras de teatro y tres libros sobre Carlos Giménez: ¡Bravo Carlos Giménez!, Carlos Giménez el genio irreverente y María Teresa Castillo-Carlos Giménez-Festival Internacional de Teatro de Caracas 1973-1992 y la novela La Casa Lila Fundadora de la editorial Escritoras Unidas & Cía. Editoras y del blog de cultura del mismo nombre.
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